Todo regresa a nosotros, bueno o malo, la vida siempre nos lo
devuelve, por esto mismo es que debemos prestar atención a nuestras actitudes,
a nuestra manera de tratar a la gente, a nuestra forma de retribuir a los demás
las ayudas que de ellos hemos recibido.
Tiende tu mano a quien necesita tu auxilio, se cordial con esa
persona que sube al autobús y necesita el asiento, ayuda al anciano a cruzar la
calle, ayuda a ese animalito a darle de comer o al menos bríndale agua, no
olvides poner agua en tus plantas, porque por muy raro que sea, con eso también
estás ayudando al mundo.
Por eso debemos prestar atención a lo que estamos dando a la vida.
Hay millones de acciones sencillas y fáciles de hacer a diario para
ayudar al mundo y para que nuestro corazón se vaya entrenando a la generosidad
sincera y noble.
Ayuda al mundo y el mundo te ayudará a ti.